viernes, 6 de abril de 2018

El Fin (el Principio) del Cine.

Duplico aquí la entrada del mismo título de mi blog El espejo de mis días:



"Esteven Spielberg, o el escritor de su último éxito, Ernest Cline, ha dado en el clavo, el meollo de la cuestión, el destino sagrado del Séptimo Arte: que cada quien pueda vivir la película que quiera.
El Sr. Spielberg


                                                     El Sr. Ernest Cline


(El Sr. Ernest Cline y su novela, que ha sido llevada al cine por Spielberg).

Como Spielberg dice, es inevitable que, algún día cercano, sea posible vivir en una realidad virtual (nos guste o no).

Un día las estrellas de cine seremos todxs, o podremos serlo. 
Yo mismo he creado ya un avatar rudimentario y lo pongo en diversas situaciones. Se llama Won. (Sí, ya sé, le falta un poco de nariz. Sólo es un ensayo)








De momento no he pasado de fotomontajes, pero no excluyo dedicarme a aprender diseño 3D para darle una primera apariencia de vida.

¿Pero se imaginan que el futuro de los Estudios de Cine fuera proporcionar escenarios virtuales donde vivir apasionantes aventuras?







De repente me he dado cuenta de que es la evolución natural del cine, teniendo en cuenta las nuevas tecnologías.

Internet y sus tecnologías anexas están amenazando al Cine tal como lo conocemos. Pero quizá la amenaza derive en una nueva realidad cinematográfica que sustituya a la actual. Las distribuidoras, las salas de proyección... Se me ocurre que las salas de proyección se convertirán en salas de actuación, donde viviremos, junto a otras personas, nuestras propias películas, en vivo o en realidad digital. 
Los escenarios creados por los Estudios permitirán, en las salas de actuación, que rodemos nuestra propia versión de Excalibur, o de La naranja mecánica. Las emociones serán reales, pero los riesgos no.
Los canales de visualización serán las Distribuidoras del futuro, al alcance de cualquiera. 

 
       Permítanme ampliar un poco esta idea:
       Imaginen que entran en una gran sala que anteriormente fue de proyección (y puede seguir siéndolo, pues todos querremos difundir nuestras colaboraciones, incluidos los y las actrices profesionales). Sin embargo, ha sido habilitada como espacio de actuación. Un grupo de personas han quedado para rodar. Se dirigen a la consola y se ponen sus gafas de realidad ampliada y virtual y comienzan a examinar los escenarios y guiones que más les acomodan. Realizan correcciones y añadidos. Una de ellas ha traído un trabajo para añadir escenarios y unas pocas escenas. Las añade a la lista principal. Finalmente, han llegado a un borrador de guion.
Entonces, los primeros escenarios aparecen en sus gafas, mientras, en la pantalla del fondo, se puede contemplar la visualización de los avatares y los escenarios, tal como ellos mismos se ven en la acción...
Y comienza el rodaje. Cuando hay una pausa, la grabación se detiene, continuando después. Pueden elegir avatar, guion, efectos... Pueden tener su propia película, cuya calidad y creatividad sólo depende de lo que sean capaces de dar de sí.
       Más tarde, la chica de las gafas subirá el resultado a su cuenta de You... y a reunir visitas. Si la calidad es buena, quizá un estudio decida incorporarla a su lista de difusión, e, incluso, poner a uno de sus mejores actores o actrices a colaborar en  la historia, añadiendo cameos y mejoras.
¿Qué, les atrae el proyecto?
 
De hecho, ya hay unas impresionantes máquinas de realidad virtual en los centros comerciales, donde puedes ser un Caballero del Zodíaco (supongo, nunca las he probado) o un jedai inmerso en alguna guerra (si es que el copyright lo permite).


(Máquinas de Electrum Tech en un centro comercial)

       Es sólo el principio...