Mi primer contacto con la Oficina de Patentes y Marcas fue a raíz del bastón para ciegos a base de sonar.
Me dijeron que ya había muchos inventos parecidos, pero los ciegos siguen llevando el bastón de siempre.
El mío tenía unos receptores emisores de ecolocalización (como los murciélagos) y unos 'puntos' alojados en el mango que sobresalían al detectar ob
stáculos en las varias direcciones, ofreciendo al o a la ciega un panorama táctil del entorno. La frecuencia de 'pulsaciones' de los puntos indicadores en el mango daban una idea de la distancia a la que estaba el obstáculo.
La ventaja estaba en que este 'bastón' no tenía que medir más de quince o veinte centímetros.
Si, ya se que el problema sería la miniaturización de los ecolocalizadores y la placa controladora, pero nada insalvable para empresas fuertes, sólo insalvable para aficionados que tenemos que conformarnos con las piezas de venta pública... Otra idea desperdiciada.
Incluso, innovando un poco, se puede uno imaginar unas pulseras y lo mismo en las piernas que informasen a la persona ciega sobre la existencia de obstáculos y la distancia a la que están. Las posibilidades son ilimitadas. ¡ánimo y adelante!
No hay comentarios:
Publicar un comentario